ESTA MAÑANA CAMBIÉ MI ITINERARIO HABITUAL PARA LLEGAR AL TRABAJO.
La mañana se presentaba lluviosa y ya había comenzado a caer una fina lluvia, "calabobos " o como solemos decir en el norte "sirimiri".
Son las 7 y 15 de la mañana.Llegando a la plaza hay un fotomatón,una especie de armario colocado en la vía pública donde en pocos minutos podemos hacernos con unas fotos de carnet.
En estos fotomatones la privacidad de los retratados-as se mantiene con una cortinilla.Asi no te da la risa, no te despistas, o miras para otro lado en ese momento SUBLIME de pasar a la posteridad.
Me voy acercando al fotomatón y veo salir de el, pisando la acera, unos pies. Pies que continuan en un cuerpo semioculto detras de la cortina, dormido.
Y de repente descubro que hasta para dormir en la calle hay "clases y clases".
Hemos seguido descenciendo en la calidad del sueño callejero : hace unos días relataba lo sucedido en un hogar-cajero automático.
Hoy hemos pasado del "chalecito con calefacción del cual te echan a las 8 ", a un apartamento , sin calefacción y de 1 metro cuadrado.
Será porque hasta para dormir en la calle hay "clases y clases".
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